La clave para encontrar trabajo en un futuro.

En algunos trabajos anteriormente si querían evaluar qué tanto alguien podría ascender en la escala profesional, le aplicaban una prueba de coeficiente intelectual (IQ) y listo, después llegó la prueba de la inteligencia emocional (EQ) que se por un conjunto de habilidades interpersonales, de autorregulación y comunicación. Y cuando creímos que ahí acabaría la cosa, aparece el coeficiente de adaptabilidad (AQ) un conjunto subjetivo de cualidades definidas libremente como la capacidad de cambiar y adaptarse en un entorno de cambio rápido y frecuente.

El coeficiente de adaptabilidad también implica flexibilidad, curiosidad, coraje, resistencia y habilidades para resolver problemas. Cuestiones que se viven día a día en todos los trabajos.

Acá la idea es que los tres coeficientes deben de complementarse, ya que unidos pueden hacer al empleado alguien mucho más capaz. Y es que sucede algo. Han llegado nuevos candidatos a buscar empleos. Algoritmos y máquinas que pueden realizar tareas más rápido y con mayor precisión que algunos humanos.
Para evitar la obsolescencia, los trabajadores necesitan desarrollar y mejorar habilidades como la creatividad para resolver nuevos problemas, empatía para comunicarse mejor y responsabilidad, usando la intuición humana para complementar el conocimiento de las máquinas.
A trabajar en nuestro coeficiente de adaptabilidad y no dejemos que una máquina nos quite nuestro trabajo.