La primera niña trans en México, conoce a Sophia

La libertad es algo con la que no podemos jugar, no importa lo que pase, la sensación de ser libre es única, de no tener secretos, de vivir como tú quieres, sin deberle nada a nadie, es así como mi abuelo me decía todos los años de mi cumpleaños. Esta misma sensación es la que vive Sophia, un caso que ha dejado huella en la política y en el rubro de derechos humanos en nuestro país, al ser el primer infante en ser considerado trans, al cual le han respetado su decisión sin importar su minoría de edad.

La historia de Sophia es una historia que inspira, sobre todo por los miles de prejuicios que se tienen con respecto a la sexualidad en nuestro país y en toda Latinoamérica. Sophia con año y medio empezó a referirse a sus preferencias cuando por un accidente termino en el hospital usando una bata a la que se refería como vestido.
Esto para su madre no fue novedad porque las referencias a ser parte del género femenino estuvieron a flor de piel en el día a día de la menor. Sus muestras de intentar ser niña tomaron rubros impactantes desde el prescolar, cuando para la celebración de su cumpleaños, la menor afirmo que quería vestirse como una princesa de Disney.

Estos comportamientos fueron tomados de forma negativa por las maestras de su escuela, lo que referían las docentes que tenía que realizar comportamiento de acuerdo a su sexo y que de preferencia “solicitaron” que el menor conviviera más con su padre, para que se hiciera hombre (pero que pinche barbaridad)
Estas reacciones causaron que Sophia cayera en una depresión y aislamiento de no ser parte del mundo de sus compañeritos, los cuales empezaron a comportarse de forma grosera con ella, cuando las mismas educadoras mostraban su intolerancia con la menor, la que comunico a sus padres el grito de ayuda de  “Yo no quiero ser niño, quiero ser niña”. Ante estas reacciones los padres de Sophia fueron a informarse sobre lo que estaba pasando con la niña.

El colectivo Ser Gay, que defiende los derechos de la comunidad LGBTI, así como la organización Litigio estratégico en Derechos Sexuales y Reproductivos (Ledeser) ayudaron con el trámite, como la asesoría legal para que la familia de la menor pudiera interponer un amparo que la ayudaría a cambiar su estatus de sexo en su acta de nacimiento, lo que tardo alrededor de dos años para que esto sucediera, dado las investigación psicológicas que recibió la menor, dado que este cambio no tendría precedentes en nuestro país.

Es así que después de un martirio, Sophia tiene un papel que le permite ante la sociedad presentarse como niña, pero ella no necesitaba un papel, porque ella es feliz vistiendo como princesa y lo único que importa es ser feliz con ella. Un logro para los derechos de los niños y un gran paso para los derechos sexuales en México.