Las cuatro tortas ahogadas que debes comer alguna vez en Guadalajara (Según un jalisciense)
¡GUADALAJARA,GUADALAJAAAA!
Este fin de semana nos lanzamos con mochila en hombro y unas ganas de comer todo lo que pudiéramos en la perla tapatía. Llegamos y lo primero que resentimos fue el calor que nos recibió con todo lo que tenía para darnos baje a nuestras ultimas gotas de agua en el cuerpo, las cuales fuimos desechando con cada paso que poníamos en el centro de Guadalajara.
En esta proeza conectamos al buen Alex Piedra, un compa que sería nuestro guía en lo que llamamos el “reto de la gastritis”. Piedra, como gustosamente nos pidió que lo nombráramos, es un tapatío que fue exiliado por unos años en la CDMX, pero regreso a su natal Jalisco para servir al gremio médico de la zona, por lo que esta hazaña fue bien regulada por un experto en la salud y lo que pasará en la nota es responsabilidad del escritor.
Pues según nos informan los expertos, la torta ahogada es uno de los platillos más típicos y representativos del estado se elaboran con un pan conocido como “birote” o “birote salado”, que es característico de la región, cuya consistencia es mucho más densa que el pan bolillo normal, y por tanto más crujiente que se rellena de carnitas en cuadros que se sumerge en salsa picante de chile de árbol de Yahualica, ya el picor depende del tipo de chile que también se agregue.
1 Tortas Toño
Empecemos con esta pequeña joya, es una de las más populares gracias a sus diversas sucursales y su forma de servicio, la cual es autoservicio al momento de preparar tu torta. Aquí te explican que la salsa tiene un picor término medio y tú decides cuanto ahogar tu torta, los puedes acompañar con unos frijoles y cebollas. El pan tiene un detalle dado que se nos desintegro más rápido de lo pensado.
Estas con la referencia de su ubicación: Epigmenio González y Calle Manzano (atrás de la tienda departamental Sears) en el centro de Guadalajara fueron de las más mencionadas en nuestro encuentro. Este lugar que nadie conoce por su nombre, pero si sus tortas, eran de las paradas obligadas para nuestro tour. La torta: birote, carne y una embarrada de frijoles, después ahogarla en salsa fría y picosa, pero de ese picor bueno que deja sabor en los labios. Lo que si notamos es que cuando llegamos a eso de las 3:30 pm ya estaba literal el lugar saqueado y nos llevamos los restos, pero valió la pena.
Este lugar, un local totalmente en forma, limpio y con buena actitud de servicio, puesto que aquí no tuvimos que aventarnos al comensal para que nos sirviera algo. Este lugar no solo ofrece las clásicas de carne, sino que también tenemos tortas de camarón, las de buche o lengua y las en cremadas, lo que nos daba una oportunidad de saborear estos manjares. Este lugar con una salsa picosa a morir que no se nota hasta la tercera mordida y es acompañada de cebollitas blancas y moradas que le da un toque SUPREMO a las tortas, la cual puedes acompañas de un tepache bien frio para intentar calmar la calor de Guadalajara.
Pues ya con el estómago a full llegamos a este pequeño, pero concurrido lugar del centro de Guadalajara. Dos cortinas, una mesa en la calle y una lista de precios al frente. Este lugar referencia de varias generaciones en la ciudad, muchos pueden decir que el papá de su papá de su papá comieron ahí. Este lugar es de los más típicos donde extranjero y nacionales son recibidos con una buena torta ahogada.