Frío, caliente, en taco, en cuatro con pizza, este lácteo es uno de los más consumidos en el mundo y en todos los países tiene un forma diferente de hacerlo, su color y hasta su sabor. El queso es una de las maravillas que al pasar de los años se vuelven selecto y lo que para muchos el moho es sinónimo de descomposición para los quesos es la fuerza que le da sabor.
Es así que es importante saber cuáles son los tipos de quesos que hay y el cómo se debe preservar, para que la próxima vez que quieras lucirte con las visitas, no saques el queso panela en cuadritos y te sientas gourmet, apantállalos con algo sorprendente para su vista y paladar. En primer lugar, hay que decir que siempre es preferible comprar el queso entero ya que uno abierto pierde cualidades.
Los quesos de formato pequeño, poco curados, de pasta blanda, o procedentes de leches de bajo contenido graso, queda no conservarlos en frio más de 15. Las pastas azules de hechura grande se conservan en buenas condiciones durante un mes, mientras que los pequeños tienden a resecarse a la semana.
QUESOS DUROS
Este tipo de quesos encontramos los estilos: Parmesano, Emmental, Manchego o el Cheddar, estos quesos son amargos por naturaleza por su corteza gruesa que es la que protege al queso de su descomposición pueden llegar a durar de 6 a 8 meses si se conserva sin abrir en el congelador, pero ya destapado tiene un lapso de tiempo de dos a tres meses si se conversa a temperaturas de 5ºC y 8ºC, aunque esto puede afectar su sabor.
QUESOS SEMIDUROS
Estos productos son Gouda o el Gruyère, buenos para calentar y derretir para la parrilla. Estos quesos son buenos con una duración de tres semanas, que es el tiempo nos aguantarán en el refrigerador. Para conseguir que no se eche a perder rápido tiene el truco de guardarlos en una bolsa de plástico que permita al aire circular para que el queso no se seque.
QUESOS BLANDOS
Los que podemos encontrar de este tipo son los Brie, Mozzarella, Feta, Gorgonzola o el Camembert, estos quesos tiene como cualidad su humedad, lo que le da la textura suave y cremosa, eso significa que en la nevera nos aguantarán como mucho una o dos semanas. Congelarlos no es una buena idea porque al descongelarlos perderán su textura y esponjosidad.
Es así que la próxima vez que vayas a las compras quieres darte un gusto de queso ya sabes que los quesos duros se deben conservar entre los 8ºC y 12ºC, mientras que para los quesos de pasta blanda y los azules se deberán elegir temperaturas más bajas, entre 4ºC y -8ºC. El queso fresco, que necesita 4º, lo guardaremos en la parte alta de la nevera, así que no tendrás problemas al momento de elegir un buen queso que dure.