En ocasiones podemos llegar a conocer personas que con su forma de ser nos enamoran, no hacen creer en todo lo bonito del mundo, pero que alrededor de esa persona hay un mar de conflicto, de secretos a voces que en algún momento no podremos dejar pasar aun con todo el amor del mundo.
La modelo y empresaria Jill Dodd vivió en carne propia un sinfín de momentos a lado de uno de los hombres más ricos, como peligrosos del mundo, sin que ella estuviera consiente de todo lo que pasaba a su alrededor, que estaba plasmado de lujos, viajes y todos los placeres que el dinero podía comprar junto a un hombre que ella menciona como dulce y tierno que le dobleteaba la edad.
Adnan Khashoggi uno de los mayores empresarios de medio oriente, encabezó varios conflictos sobre la venta ilegal de armas, al grado de ser nombrado como El Señor de la Guerra, título que ganó a mediados de los años 80s por ser el intermediario en los conflictos de Iran-Irak y financió el movimiento contra nicaragüense, dos de los escándalos políticos más recordados en esa década, sobre todo por la oposición del gobierno norteamericano ante Khashoggi.
Dodd relató en una entrevista para la BBC que ella nunca vio el lado obscuro de este personaje bélico, sino lo que la enamoro fue su sentido del humor, de la moda y que le demostró respeto como mujer, cosa que en el ámbito de la moda no era común en esa época, para una historia de 40 y 20, como rolita de José José, donde una noche la invitó a ser su esposa de placer.
La modelo quien fue portada de revistas como Vogue o Cosmopolitan explica en su libro The currency of love: A courageous journey to finding the love within la forma en que esta ella formó parte del harem de mujeres adolescentes con las que el empresario se entregó en sus más bajas pasiones, donde una de sus principales tácticas fue su yate Nabila, un barco de lujo con más de 10 habitaciones, un hospital, un pequeño teatro y un sinfín de cosas, ahora propiedad de Donald Trumpp.
No importaba lugar en el mundo, cuando ella quisiera verlo siempre había transporte para ella. Los años fueron pasando y con esto los conflictos se intensificaron ante la sombra de esta figura política, pero eso no dejó que olvidara su amor por Dodd, la cual aprovecho en cada momento, por mencionarlo como un hombre dulce y de buen corazón.
La modelo dejó de pertenecer a su harem después de dos años de relación, pero ella no dejo de interactuar con él. Jill gracias al apoyo de Khashoggi logró estudiar una carrera de diseño, con lo cual fundo la marca de ropa deportiva Roxy, que al día de hoy es una de las más importantes en el mercado. Una historia de amor bizarra de verdad.