Para muchos de nosotros, trabajar desde la casa durante la crisis del Coronavirus ha significado pasar mucho tiempo en aplicaciones de reuniones de video. Los efectos de esto nos han tomado por sorpresa.
Las reuniones cara a cara también son mecanismos importantes para la comunicación de actitudes y sentimientos entre socios empresariales y colegas.
Las emociones preceden y siguen todas nuestras conductas, e influyen en el manejo de la toma de decisiones.. A menudo se hacen sondeos sobre los asuntos sensibles para poder notar las sutilezas y mostrar empatía.
Nuestros cerebros solo pueden hacer pocas cosas a la vez de forma consciente, porque tenemos una memoria funcional limitada.
En contraste, podemos procesar mucha más información de forma inconsciente, como lo hacemos con el lenguaje corporal.
Las reuniones online incrementan nuestra carga cognitiva debido a que varias de sus características ocupan gran parte de nuestra capacidad consciente.
1. Nos perdemos mucho de la comunicación no verbal
Nuestros sentimientos y actitudes se transmiten en gran parte con señales no verbales como expresiones faciales, el tono y registro de la voz, gestos, postura y la distancia entre los comunicadores.
2. Sonidos que se cuelan
Para este momento seguro ya te vino a la mente ese audio que imprudentemente suena cuando estás hablando. Algunos muy característicos son el del fierro viejo, el de los helados, la basura, la marimba por decir algunos. O qué tal cuando hablan todos a la vez, se quedan callados y no saben ahora quién empezar.
3. Ya te perdimos.
Muy pocos pueden decir que gozan de un excelente internet, los otros padecemos de una conexión deficiente, poniendo en duda si estamos recibiendo el suficiente internet que estamos pagando y que se nota a la hora de los calls. Dejamos de escuchar o los otros ya no nos escuchan, te desconectas en el momento más importante de la reunión o la información te llega con delay.
¿Qué otras agregarían? Por ahora los dejo porque voy a entrar a un call.