Seguramente el caso de Aleksei Makeev llamó la atención de diversos sectores, a punto de ser linchado tras haber realizado videos donde ofende a grupos vulnerables mexicanos, el ruso neonazi pone en la mira un tema que parecía haberse agotado. ¿Existen aún grupos neonazis en pleno siglo XXI?
A pesar de la implementación de leyes para combatir la discriminación y la persecución de minorías étnicas o religiosas, hay formaciones políticas que defienden la superioridad racial.
¡Así es! Como si la doctrina de Adolf Hitler no hubiera muerto, el antisemitismo, homofobia y propaganda racista continúan, algunos de ellos con actos violentos en contra de discursos que alteran el ‘orden social’ y el ‘proceso natural’ de las cosas. Parece complejo, pero no lo es. En América Latina existen agrupaciones en Chile, Bolivia y Argentina.
Un caso próximo fue cuando grupos autónomos exigían al presidente Evo Morales el control de los recursos naturales de Santa Cruz de la Sierra; con esvásticas pintadas, había un rechazo nato hacia el mandatario por ser ‘indio’ ante sus ojos.
En Argentina hubo un caso de un oficial de la policía Metropolitana que actuaba en conjunto con otros allegados, reclutaban jóvenes y les daban una ‘terapia’ para inculcarles la causa de superioridad racial y el antisemitismo.
Aunque los neonazis son grupos minoritarios, actúan al margen de la política y las acciones sociales, sin embargo, estos continúan creciendo en Europa, principalmente en Alemania, Grecia, Noruega, Italia y Suecia.
Tan sólo en Alemania, el partido ultraderechista financió más de 80 conciertos con agrupaciones adeptas al neonazismo; otro grupo publicó en Facebook la ubicación de 70 hogares judíos, con la intención de que fueran atacados el 9 de noviembre del 2016, un día que se le conoce como ‘La Noche de los Cristales Rotos’.
