Vivimos en el tiempo en que la inclusión de la mujer en diversos ámbitos, tanto profesionales como sociales, parece ir en aumento. Y es que los roles de la misma en los tiempos modernos son tantos, que me atrevería a decir que quien a pesar de todo esto dude o juzgue la capacidad de alguna de nosotras, debería contar con un argumento bastante sólido para ser aceptado.
Ya sea el rol de madre, esposa, pareja, profesionista, administradora o sostén emocional, siendo el más importante el de ser mujer, su propia identidad y feminidad la ha hecho única y le ha permitido irse desarrollando hasta el punto de una completa transformación, abriéndose paso en mundo controlado por el sexo opuesto, y que años atrás se veía lejano que se hiciera realidad.
Y es que si hacemos memoria durante el avance de nuestras sociedades, el rol de la mujer ha ido evolucionando lento pero seguro. En un principio, su vida en las culturas prehispánicas era básicamente de recolección, mientras que el hombre era el encargado de la caza. Para que después tomara el rumbo del cuidado de los hijos y el hogar, siendo casos muy aislados cuando las familias se encontraban en una mala situación económica, la mujer tuviera la necesidad de buscar un trabajo que fuera remunerado, fuera de casa.
Después vinieron los tiempos en donde cambios drásticos en el mercado laboral, dieron paso a la revolución industrial y a las grandes guerras, hechos que les permitieron a las mujeres una mayor inmersión en el mercado laboral. Sucesos que le abrieron camino a las nuevas generaciones que en la actualidad, hacen lo posible para que la equidad de género se convierta en un hábito y no una sorpresa.
En la sociedad actual con todo y sus malas actitudes, las mujeres tienen una responsabilidad compartida con el hombre. Ya sea por conseguir libertad, independencia, motivación o por realizar por fin alguna actividad postergada, las mujeres, se ven en la necesidad de llevarlo a la par de su vida en pareja y maternidad. ¿Te imaginas?
Y no, no quiero victimizar a la mujer, es solo que a todo lo mencionado anteriormente, las mujeres suelen agregarle algunas cosas más a su, de por sí, pesada lista de actividades… ¿Cuáles?
El machismo, el abuso de autoridad, acoso, falta de oportunidades, violencia, discriminación, inseguridad, maltrato, secuestros, asesinatos y abuso sexual, solo por el simple hecho de SER MUJER.
Solo para que te des una idea, te dejaré algunos registros sobre algunas actividades en las que se ven envueltas las mexicanas en los últimos años.
Era muy común escuchar a nuestros abuelos decirnos de pequeñas, “Hijita, tú debes de jugar a las muñecas, a hacer la comidita y a ser mamá.” De hecho, hasta nuestras muñecas solían ser nuestros bebés.
Ya que nuestro único fin era casarnos, ser mamás y quedarnos en casa a cuidar a nuestros hijos para realizarnos como mujer. Que ni se te ocurriera tener aspiraciones que se desviaran del matrimonio y crear una familia. Porque eras vista como una mala hija, y para que no sintieras que te estaban limitando a lo máximo que podías aspirar era a tomar alguna clase de pintura, tejido, manualidades, o cualquier cosa cuyo uso se pudiera aplicar en la casa.
Ahora imagínate, si así crecimos y así también aprendieron muchísimos hombres a tratar a las mujeres, que podemos esperar de ellos, ahora adultos, cuando les pedimos un trato igualitario, sin consideraciones y con mismas responsabilidades.
Y es que si estudiamos en una misma universidad y tuvimos la misma enseñanza, ¿Por qué no tendríamos la misma capacidad? ¿A qué le tienen miedo?
Alguna vez escuché que las mujeres en la actualidad eran muy injustas con los hombres, ya que no se estaban “quietas”, y querían estar del tingo al tango, descuidando a sus hijos y a su marido. Que luego porque las engañaban o las mataban. “Ya no las hacen como antes compadre”.
Así que si tú me estás leyendo, aunque no creo porque si fuera así, yo que tú me estaría muriendo de la vergüenza, es verdad, ya no las hacen como antes, ya que afortunadamente, aunque todavía nos falte hacer mucho en este país, una de las causas por las cuales las mujeres ya no tienen miedo, es porque ya no están solas.
Cada vez más hombres apoyan al género femenino porque solo así, en equipo, podemos lograr grandes cosas en las que nos veamos beneficiados ambos. Porque ¿apoco no? Si a una mujer le va bien, a quien este a su lado, también le irá bien. Solo piénsalo y cuando vuelvas a decirle a una mujer NO, ten cuidado porque el siguiente No, podría ser para ti algún tiempo después.
Así que este día de la mujer, no queremos que nos feliciten, queremos que sean congruentes y mejor luchen junto con nosotras, por salarios equitativos, mismas oportunidades laborales, decidir sobre nuestros cuerpos, que el trabajo en el hogar sea remunerado, vestirnos como queremos sin miedo al acoso y lo principal, NO NOS MATEN.
Pero ojo, se trata de amar a las mujeres, pero tampoco odiar a los hombres. Y lo recalco, de trabajar en equipo.
