Mother y Aranofsky, el caos en celuloide que puedes odiar o amar

Escrito por: gymbooroso@hotmail.com

6 octubre, 2017

Entretenimiento

Desde hace tiempo, una película no levantaba tantas críticas y aprobaciones, no hubo un solo filme en una década que jugara tanto con las emociones, la cordura, la razón, la confusión, el caos, los hechos tal y como los vemos, probablemente es un sueño, pero al salir de la sala de cine vemos que es real lo que se observó.

 

El malestar probablemente dura como una hora, no se puede asimilar el caos del que se ha sido sometido, las ansias por la impotencia de no poder ayudar a una frágil criatura al final de la película te invade, crees que puedes estar sometido en un mundo absurdo.

Si estas primeras letras te parecieron irracionales, no te preocupes, el mismo malestar sentirás tras más de dos horas pegado a tu asiento, con las manos frías y queriendo salir corriendo en algún momento. Si alguna vez leíste la Biblia o te narraron algunos pasajes de ese libro hecho de otros fragmentos encontrados en la historia, podrías asimilar lo que te espera.

Ella (Jennifer Lawrence), es una mujer común casada con un poeta (Javier Bardem) que está pasando por un bloqueo creativo-sexual. Ambos hacen su vida en una casa vieja que la joven está restaurando mientras el tiempo parece que correr frente a ellos. Son los mismos días, paisajes y horas las que no pueden ayudar al escritor.

Su aburrida rutina es interrumpida cuando un fanático alcohólico (Ed Harris) llega a la casa para conocer a su ídolo sin que él lo sepa o sospeche, con el pretexto de tener una enfermedad terminal. El frío corazón del poeta lo invita a quedarse a pesar de la negativa de ella de aceptar extraños. La esposa aparece después, los hijos y el resto de su familia freak que provoca un caos absoluto que ella controla a través de sus gritos.

Darren Aronosfky intenta crear un espacio donde el espectador sea participe aunque no esté inmerso en la pantalla. Hay imágenes que parecen no tener sentido, que rayan en lo absurdo y en lo patético de la vida que puede resultar después de vivir una pesadilla. No hay nombres, nadie los necesita porque los personajes pueden llamarse como les plazca, es un mundo alterno donde todo puede pasar.

La fotografía, los efectos especiales y los colores son exquisitos, mientras que la edición y el diseño de sonido son perfectos para llenarte de tensión, terror y volverte loco por lo envolvente que pueda parecer.

Para Aronofsky ha sido una experiencia extraña, porque siempre necesitó de al menos un lustro para preparar sus películas, pero en esta oportunidad culminó el primer borrador del guion en cinco días y convenció a los actores a la primera vista de éste.

Aronofsky no nos deleita al torturar a la protagonista, la simpatía del espectador está con ella y quiere salvarla. Pero aunque los efectos de la cinta sean elaborados, la casa en sí misma se vuelve un personaje, una prisión muy al estilo de Ensayo de Orquesta de Federico Fellini o una situación poco convencional como Ingmar Bergman.

El caso es que podrás amarla u odiarla pero Mother te dejará algo que no olvidarás.