La trágica historia del Dalai Lama, los chinos lo ‘secuestraron’

¿Un Vaticano sin Papa? ¿Una República Islámica de Irán sin un ayatolá líder supremo? ¿La catedral de ‘Ecatepunk’ sin el arzobispo Óscar Roberto Domínguez Couttolenc? ¿El budismo sin Dalai Lama? ¡Son cosas impensables el mundo actual!

La continuidad del guía espiritual del budismo tibetano, el Dalái Lama Tenzin Gyatso, parece apuntar sin rumbo fijo y sin un sucesor para una religión que profesan entre 10 y 20 millones de personas en Tíbet y el exterior.

El décimocuarto Dalai Lama declaró que a su muerte, podría no reencarnarse y no tener un sucesor, lo que pondría fin a una tradición de casi cinco siglos y que podría devenir en una crisis. Es como si México se quedará sin Virgen de Guadalupe por decisión de la Iglesia Católica (marcando proporciones).

El Gobierno central de Beijing desautorizó las declaraciones del Dalai y dejó claro que, a su muerte, se encargará de nombrar un sucesor de forma arbitraria y en contra de las costumbres de antaño, es decir, “secuestró” la facultad de elección que pesaba sobre otras instancias.

Beijing ha querido tener voz en la selección del nuevo Dalai Lama, para participar en el proceso de decidir quién será el nuevo jefe espiritual desde los tiempos del emperador Qianlong (1711-1799), de la dinastía Qing; ahora, China reclama el derecho a nombrar al decimoquinto “mandatario” espiritual.

Lo que buscan en Beijing es su papel trascienda y en lugar de sólo confirmar la decisión tomada por los lamas sobre qué niño es una reencarnación, ahora, el Partido Comunista dictará si un lama se reencarna o no e incluso a veces decir qué niño se elige.

No está claro cuál sería la recepción en el exterior de un Dalái Lama nombrado en Beijing, ya que el actual goza de codearse con líderes mundiales y ganar adeptos como Richard Gere o Gwyneth Paltrow.