Aventura israelí en un Kibbutz

Escrito por: H34dBanG17

17 julio, 2017

Viajes

Entre las cosas excitantes de la vida se encuentra viajar, conocer nuevos lugares, formar una nueva familia sin importar donde estés, es así que puedes encontrar grandes territorios que te sorprenden, por sus tradiciones, su comida y su gente.

En una ocasión entre mi grupo de amigo comentamos que la casa de uno de ellos ya parecía una comunidad hippie, porque recibía a todos sus compas y les daba una función, ante esta declaración, habló un compa que acababa de ir de viaje y nos comentó una experiencia que tuvo.

Mochilero al hombro como no hay, nos comentó que llegó a tierra santa, Israel, con un grupo de amigos, por una situación que salió de sus manos quedaron varados al norte de este enigmático país, pero que por suerte conocieron a un granjero que les ofreció trabajo en su comunidad, algo que aceptaron sin pensar.

Llegaron a la comunidad de Ein HaShofet, uno de los últimos Kibbutz que existen en este país, lo que les explicaron que son una comunidad que busca el bienestar general de todos los habitantes, mejor que los hippies, dado que ellos trabajan el campo, manufactura para empresas internacionales y tienen su propia forma de comercializar al pueblo.

Un Kibbutz es un experimento de carácter único y parte de uno de los movimientos comunales más importantes de la historia. Fundados en un momento en el que la agricultura independiente no era  una práctica buena.

Creados a favor de desarrollar un tipo de vida comunal e inspirada por su propia ideología sionista socialista, los miembros de los kibutz desarrollaron un modo de vida que atrajo el interés de la opinión pública mundial, por su funcionamiento económico, social y cultural.

Cuentan con todos los servicios, son zonas tranquilas gracias a su selección de comunidad, la cual es seleccionada por exámenes psicológicos, médicos y económicos que muestran a una familia libre de pensamientos que puedan dañar la integridad de la comunidad, como la seguridad de estos recintos, donde le dan prioridad a su población Judía, pero en ocasiones permiten la entrada a extranjeros que tomen su lugar en la comunidad.

Escuelas, Hospitales, mercados, comedor, guarderías, cuentan con todos los servicios, la diferencia de estos se encuentra en que cada persona tiene una razón de ser en la comunidad. Esto no significa que no puedan salir al exterior, sino que han cambiado sus ideas y que lo que se trabaje un porcentaje será para mantener a la comunidad y lo otro para uso personal, dado el avance de la tecnología y las oportunidades para los jóvenes que deseaban ir a la Universidad.

Hoy, la gran mayoría de los Kibbutz son empresas rentables. Muchos combinan la producción agrícola con la fabricación de todo tipo de productos. Envases plásticos, blindaje para coches, piezas de electrodomésticos. Casi de todo. Sus miembros suman apenas el 1% de la población de Israel, pero representan el 40% de la producción agrícola y en torno al 9% de la industrial.

Por un lado ha resucitado el deseo de volver a la tierra. Los jóvenes se apuntan en las listas de espera porque quieren vivir una vida más simple y, en definitiva, ser más felices. Quieren vivir en comunidad, pero sin que el grupo les reemplace y decida por ellos, es por esto que es una aventura única el llegar a vivir ahí.