La razón por la que amamos los festivales de música

Escrito por: H34dBanG17

20 junio, 2017

Música

La razón central por la que asistimos y amamos los festivales se define en una palabra: experiencia.

Año con año, alrededor del mundo se abren nuevos festivales para todo tipo de gustos musicales, mientras otros ya de antaño se consolidan y mejoran sus lineups. Podríamos ir a cualquier concierto y disfrutarlo de la misma manera pero hay distintos factores que nos hacen amar los festivales: nos impulsan a viajar kilómetros enteros para disfrutar de esa experiencia única que sólo ahí puedes experimentar.

Desde el Vive Latino y el Corona Capital en México, el Primavera Sound en Barcelona hasta los más “heavys” como el Hell Fest en Clisson, Francia, todos y cada uno de ellos pasando por los papás de estos que son Glastonbury y Woodstock, tienen una oferta diferente y un cartel de no creerse.

Tienes que aceptar que si vas o has asistido a este tipo de festivales como Coachella o Lollapalooza no siempre conoces a todas las bandas – aunque te hagas el que sí–, pues muchos van a ver los atuendos atrevidos de las chicas, otros, a descubrir una experiencia musical por medio de las drogas o simplemente a darse la oportunidad de escuchar diferentes propuestas. Tampoco te debes hacer el exquisito, puedes abrirle tu corazón a lo que sea. ¡Anímate!

La razón central por la que asistimos y amamos los festivales se define en una palabra: experiencia.

Actualmente, desde que los celulares y las redes móviles invadieron el mundo, es muy común que asistan y se den cita no sólo melómanos, sino aquellas personas que lejos de conocer a los grupos o de gustar de esos géneros van a ver qué pasa, y a subirlo a sus redes sociales, sólo para decir que estuvieron ahí.

Mientras se lleva a cabo un festival, ya es muy común ver cómo se hacen trending topics los hashtags oficiales, regularmente llenos de selfies, videos mal grabados o borrachazos que se nos van mientras “creemos” que está increíble lo que hacemos. No lo niegues, muchos hemos hecho uso de esos recursos y al verlos días después nos lamentamos terriblemente.

Fuera de las borracheras, los osos y la quemada social, es normal escuchar el típico ¿Fuiste a (inserte el nombre del festival)? La respuesta – obvio es sí – y tras el ¿qué banda te gustó más? se escucha un silencio incómodo seguido de un los que cantan esta – y tararean la canción–.

No está mal ser wannabe. Cada quien paga su boleto para darle el uso que más le convenga, y finalmente, se trata de disfrutar de una experiencia distinta ya que siempre hay factores que cambian y cuanto más obtienes más pides. Con esto se hace una cadena que explica la razón por la que se siguen haciendo festivales por doquier y que son cada vez más amplios.

Y tú, ¿por qué amas los festivales?