Entre los diversos tipos de droga que se comercializa, una de las más populares es el éxtasis, pues con una forma parecida a una pastilla o dulce comprimido, logra ser más potente comparada con otra de sus similares, pues al ser una droga sintética se puede regular el efecto e intensidad que provoca en sus consumidores.
Conocida como éxtasis o “tacha”, hace algunos días se realizó el decomiso por parte de la policía de Osnabruck, Alemania de más de 5.000 de estas tabletas. Lo que realmente convierte este logro en noticia no es la cantidad, ni mucho menos el color zanahoria de las pastillas, si no que estas tienen la curiosa forma de la cara del actual y polémico presidente de los Estados Unidos de América: Donald Trump.
Anunciada en portales de internet bajo el lema “Trump makes partying great again”, la droga comenzó a comercializarse en grandes cantidades a comparación de otras presentaciones de éxtasis, tan solo por tener un color anaranjado similar a la piel de Trump, con su cara impresa de un lado acompañada de su popular y voluminoso peinado, mientras que por el otro lado se podía leer el nombre del político y magnate norteamericano.
Una droga única en su tipo y digna de tener un lugar en alguna especie de colección ilegal de éxtasis con formas extrañas.
El boom de estos estupefacientes comenzó durante los finales de los ochentas, principios de los noventas, donde por su apariencia lograron tener un éxito inmediato, pues podían ser manufacturadas con diversas formas: desde logotipos de marcas como Apple. Mc Donalds, Sony y Starbucks, hasta en personajes de caricaturas y videojuegos, como fue el caso de Los Simpsons, Pac-Man y en la última década, aprovechando la popularidad de la serie animada, con forma de diversos personajes de la franquicia Pokémon. Esto, sumado a la falta de información y paranoia por parte de los medios masivos, declinó en diversas “leyendas urbanas”, donde se aseguraba que, al término de las actividades escolares, desconocidos ofrecían “dulces” a los niños que salían de la escuela, con el fin de convertirlos en adictos, entre otros motivos. Tras desatarse la alerta, y llegando a prohibir dulces con esa apariencia, nunca se pudo demostrar si las historias de estas “drogas que parecían dulces” fueron reales,
El decomiso se logró gracias la investigación de las fuerzas policiales del Reino Unido. donde en primera instancia se localizaron dos hombres, aparentemente padre e hijo, quienes habían viajado de Alemania a Países Bajo para adquirir las drogas. Finalmente fueron capturados en la ciudad alemana, para encontrarse con las pastillas, de un valor estimado en 47.000 dólares, además de una suma considerable de dinero. Ambos sujetos se encentran bajo custodia, sin esperanza de fianza.