El fraude millonario de los supuestos increíbles vuelos de Aeroméxico

Escrito por: gymbooroso@hotmail.com

25 agosto, 2017

Noticias

EXPECTATIVA

Es un día cualquiera en tu oficina, desayunas, tomas un café para despertar y parece que la junta se canceló para la siguiente semana. Nada podría ir mejor. De pronto, recibes un whats de un conocido donde te ofrece una promoción que nunca estará disponible ni en Linio. Tus ojos brillan cuando ves este ofertón:

Costalito 8
4 USA 4 Habana 4 Bogotá
35 mil pesos

Sí, son 12 viajes redondos por una ganga y preguntas cómo está la onda. No es que desconfíes, pero el precio es irreal. Pero la persona es cercana, te dice que sólo es para puros ‘cuates’ y que ella tiene una gran amiga que está bien parada en Aeroméxico.

“Un cliente candidato es aquel que cuente con las siguientes cualidades: paciencia, confianza y flexibilidad”, se lee en la hoja de “Condiciones y Requisitos” que te enviaba el contacto.

La única condición es que tendrás 24 o 48 horas para depositar el dinero, sino la promoción caducará. Vas corriendo por tu cel y te das cuenta que tus fondos son insuficientes. Preguntas si puede ser en efectivo el pago y te responde una tal Mónica Rabay Ganem de la Agencia Vía Maroma S.A. de C.V., ella puede recoger el dinero sin problema en un punto céntrico y te hará llegar tu recibo electrónico de que concretaste la compra.

Cerrado el trato, la ves en un café de la Condesa, es una señora honorable al parecer, le entregas el dinero y te asegura que tu lugar está asegurado y te darán todos los detalles esa misma tarde.

Esperas impaciente y de pronto, en tu mail aparece un mensaje con un ‘recibo’ que parece bueno, trae el logo de Aeroméxico y parece estar en orden ya que describe tu compra y algunas restricciones que te hacen saber tras la compra.

Encuentras al primo de un amigo que también le entró y te cuenta que la promoción es cierta, que él ya viajó un par de veces sólo que los vuelos se los confimaron casi 10 horas antes de partir, por lo que tuvo que empacar casi de inmediato para alcanzar a llegar a tiempo.

Con este testimonio estás más tranquilo, sabes que no fuiste tranzado y que tu dinero fue invertido en un combo ganador, de esos que pocas veces se te aparecen en la vida.

Pasan seis meses, pides tu primer vuelo y te dan largas para responder, te sacan cualquier clase de pretextos. Que si el sistema, que si no hay asientos, que si es temporada alta en el país que visitas, que si no avisaste con suficiente anticipación… etc, etc, etc.

Dejan de responder y ni siquiera llegan los whats al destinatario, comienzas a ponerte nervioso porque la fecha se aproxima y no tienes respuesta. Nadie contesta el teléfono que tienes y si te ves más hábil, quieres ubicar la dirección de la oficina y te das cuenta que no está en el mail adjunto (hay que leer siempre las letras chiquitas).

Pasan semanas y nada, ves las noticias y te das cuenta que es un fraude en el cual caíste redondito y sin darte cuenta. Aquí aplica la máxima, ‘trabajo bien hecho, no admite reclamación’. Así es, te ‘trabajaron’, tan bien, que nunca lo viste llegar.

REALIDAD

Este es el modo de operar de una cadena piramidal fraudulenta que ofreció vuelos a precios increíbles a cientos de personas, las cuales no han visto su dinero de vuelta y menos, una vez más a Mónica Rabay, quien se fugó sin dejar rastro.

El esquema piramidal consistía en que aproximadamente 15 vendedoras de la agencia lanzaban ofertas vía WhatsApp o Facebook en las que ofrecían boletos a precios extremadamente económicos.

El dinero se depositaba a la cuenta de un tercero y nunca a Aeroméxico, o se lo entregabas en mano al intermediario o Mónica Rabay.

A los primeros compradores les llegaban los boletos electrónicos con semanas de anticipación y viajaron sin problema, lo que animó a otros a comprar por recomendación. Incluso, los que ya habían viajado compraban otros dos paquetes para asegurar vacaciones hasta por cinco o diez años.

La pirámide de usuarios crecio y creció hasta que ya no pudo solventar la demanda de vuelos.

El esquema se fue sofisticando hasta el punto de ofrecer avión, hotel y crucero para cinco personas. Se tienen registrados casos de personas que perdieron hasta 500 mil pesos. Pero también había grupos más grandes de ventas, donde operaron hasta 200 personas en cada uno y persuadieron a varios clientes de adquirir un paquete.

Los paquetes eran llamados costalitos, los cuales te ofrecián viajes a algunos lugares o destinos (no estaban todos en el mundo), algunos con varias restricciones por la alta demanda que significaban.

Cuando los usuarios comenzaron a pedir explicaciones a Aeroméxico, la empresa respondía con mensajes en los que explicaban que no reconocían a dicha agencia de viaje y les alertaba un posible fraude.

Algunos afotunados recibieron respuesta de la vendedora que le ofreció los paquetes, quien solo respondía que había sido consecuencia de una mala administración de la dueña de la agencia, sin darles más detalles.

Pero desde junio, los boletos dejaron de llegar. Los temores de los compradores de que las promociones eran un fraude se dispararon cuando Aeroméxico emitió un comunicado el lunes deslindándose de cualquier venta de boletos que no se llevara a cabo en sus canales oficiales.

“Nuestros productos y servicios sólo se comercializan a través de los canales oficiales de venta como: aeromexico.com, granplan.com, agencias de viajes establecidas, call center, oficinas de Aeroméxico (tiendas de viaje) y las agencias de viajes en línea (OTAs). En ellos, las tarifas están autorizadas y acordes con las prácticas de mercado”, explicó en un comunicado emitido el 18 de agosto.

No hay un estimado exacto de las víctimas pero podrían ser miles de personas y las pérdidas ascenderían a unos 100 millones de pesos. Los vendedores que fueron intermediarios obtuvieron ganancias por hasta 300 mil pesos por comisiones tras llevar a varios clientes a la Agencia Vía Maroma.

Algunos vendedores dijeron que tomarían represalias legales contra Rabay e intentarían devolver el dinero a sus “clientes”.

 

Uno de los abogados que han tomado el caso, Javier Esquinca, aseguró que se trata de una táctica para deslindarse de la responsabilidad, pues sabían que las prácticas eran inusuales y, en ocasiones, enviaban confirmaciones con logos apócrifos de Aeroméxico.

Ya se emitieron demandas particulares de las víctimas ante la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) y que buscarán que la institución retome el caso de forma grupal.

Si fuiste víctima de este fraude, cuéntanos tu experiencia en Headbng.