¡¡Ohhhhh el Cannabis!! Esta planta que a muchos trae problemas y a otros alivio, son dos lados completamente opuestos, así es su naturaleza, vicio de algunos, remedio de otros y fuente de ingresos para unos cuantos.
La marihuana es multiusos, muchos ignoran el potencial que tiene y los beneficios que trae esta simpática planta que es utilizada desde tiempos memorables para el sano esparcimiento. Sí, sabemos que a muchos no les gusta su olor, pero tiene el potencial de ser el elemento primario de ropa, cosméticos, lociones, artículos decorativos y hasta en la cocina.
¡Sí, en la cocina! Y no nada más para hacer muffins o pastelitos risueños, hay cientos de recetas para preparar con marihuana, pero poco saben dominar el bello arte de manejarla sobre una estufa y una cacerola.
Cocinar con marihuana es divertido, gratificante y por supuesto delicioso. Para ser un máster, se requiere un poco de práctica. En headbang te decimos los errores más habituales entre los novatos cuando cocinan por primera vez con esta noble planta.
¡NO COCINES CON MARIHUANA CRUDA!
No utilices cannabis crudo para ningún platillo, nunca. Lo primero que debes hacer al cocinar con ella es activar el THC y/o CBD. Esto requiere calor y debes realizar un proceso llamado descarboxilación. Esto aportará el efecto que se busca en los comestibles. Si usas cannabis crudo directamente en una receta, esto impide que los diferentes cannabinoides de la planta se activen y se unan a la grasa.
Lo único que tienes que hacer es moler el cannabis y colocarlo en una bandeja con una lámina de papel de horno. Y a continuación, meter la bandeja en el horno a una temperatura en torno a 110-120ºC durante 1 hora.
Al descarboxilar el cannabis molido, hay una regla que debes cumplir: la extracción de cannabinoides, que es un proceso que depende del tiempo y la temperatura.
Debes calentar el horno previamente y revolver la marihuana cada 10 minutos.
Al infusionar la hierba molida en mantequilla o aceite, hazlo a una temperatura baja (entre 160-200ºC). Usa un termómetro para controlar la temperatura. Tendrás que cocinar la grasa durante unas 3 horas.
NO PIQUES LA MARIHUANA DEMASIADO FINA
Aunque algunos chefs cannábicos recomiendan moler el cannabis con un molinillo de café, es pésima idea. Convertirla en polvo aporta a los comestibles un fuerte sabor a hierba. Y también provoca que el aceite o la mantequilla se vuelvan verdes.
AÑADE AGUA AL INFUSIONAR ACEITE O MANTEQUILLA
Al verter agua al infusionar cannabis, debes realizar el proceso a una temperatura más baja. La cantidad de agua añadida no importa, pero intenta usar como mínimo la misma cantidad de agua que de aceite o mantequilla. El agua se evaporará.
También notarás la diferencia en el producto final y no será tan verde.
NO INTENTES EXPRIMIR LA ÚLTIMA GOTA DE LA INFUSIÓN
Al colar el aceite de marihuana, hazlo despacio y cuidadosamente. La mejor forma de colarlo es usando una gasa fina, ya que solo permite que pase el aceite. Mucha gente intenta exprimir el aceite restante de las hojas, pero hazlo con cuidado. Si exprimes demasiado, tendrás más materia vegetal en el producto final.
MEZCLA BIEN LA RECETA
Al añadir mantequilla o aceite a una receta, debes asegurarte de que quede bien repartida. De lo contrario, algunas personas no sentirán nada mientras que otras pueden acabar en un tremendo viaje.
Sigue estos consejos y notarás la diferencia en tus recetas, verás que a tus amigos les gustará más el producto final. ¡¡A fumar y cocinar, que el mundo se va a acabar!!
